2 El Seguro Social no es un plan de jubilación:
Otra verdad constante de las finanzas personales es que no se puedes confiar sólo en la Seguridad Social en la jubilación. Para la mayoría de la gente, la Seguridad Social reemplaza alrededor del 40% de los ingresos laborales. Si seguiste el ejercicio de presupuesto anterior, ya sabes que el 40% de sus ingresos de hoy no cubre ni siquiera tus gastos esenciales.
Para evitar un gran descenso en el estilo de vida durante la jubilación, tienes que ahorrar e invertir esos ahorros. Lo ideal sería que guardaras el 15% de tus ingresos a lo largo del tiempo. Puedes abrir una cuenta de ahorros a plazo y poner tus ahorros para la jubilación allí.
3 Construir riqueza es más fácil cuando empiezas antes:
Cuando antes empieces a ahorrar para la jubilación, más fácil será. La razón es simple: Durante largos períodos de tiempo, tus ganancias generan ganancias propias. Y esas ganancias pueden superar con creces el dinero que salió de tu bolsillo.
4 Un fondo de emergencia te ayuda a mantenerte libre de deudas:
A principios de este año, puede que hayas asumido que tu trabajo era sólido y que tendrías ingresos fijos mensuales. Hoy, no tanto. Si pierdes tu fuente de ingresos, tener ahorros en efectivo a la mano te impide ir por tu tarjeta de crédito de inmediato para pagar la comida y los servicios públicos. Vivir de las tarjetas de crédito en un apuro es mejor que morir de hambre, pero puede tomar años para recuperarte.
Esos ahorros en efectivo son los más confiables. Prioriza tu ahorro en un fondo de emergencia como la meta más importante si aún no tienes uno.